miércoles, 19 de diciembre de 2012

Deseos de Navidad

Deseo verte como te levantas con una sonrisa todos los días
Deseo ver tus mejillas rosadas
Deseo ver que te comes todo lo que te preparo
Deseo oirte decir "mamá: ¿jugamos Wii, sólo un ratititito?"
Deseo que dejes de jugar Wii para ir a jugar con otros niños al colegio
Deseo ver como disfrutas de tus clases de futbol y natación.
Deseo ver como Almudena te abraza y reconforta cuando estas triste
Deseo que tu Nintendo DS solo funcione en casos de emergencia
Deseo que ya no me preguntes en donde te van a picar
Deseo que en tu vocabulario no este incluida la palabra "cateter" ni "clínica"
Deseo que ya no te quejes de dolor de panza
Deseo que ya no te enfermes cada semana de gripa
Deseo no agrandar los ojos cada vez que estornudas
Deseo tener fortaleza y paciencia
Deseo seguir durmiendome contigo y que me digas "abrázame"
Deseo que no tarde en llegar abril y terminemos con esta carrera
Deseo que todos los niños que están sufriendo esta enfermedad se curen y vivan largas y saludables vidas.

¿Será mucho pedir?...¿Tú que deseas?

miércoles, 28 de noviembre de 2012

A cinco meses.

Hace algún tiempo que no escribo, pero acá seguimos en la lucha. Estamos exactamente a cinco meses de terminar el tratamiento, y vamos bien. Los análisis de Borja cada vez están mejor, su médula trabaja a la perfección, plaquetas, leucos, hemoglobina y demás. Seguimos en remisión y con medicamento diario; todos los días media pastillita de Mercaptopurina y los miércoles 5 de metrotexato. Además de la visita de cada seis semanas a la clínica para que le apliquen su dosis intravenosa y de vez en cuando, quimioterapia intratecal. Hemos tenido gripas e infecciones leves, que aunque han sido seguidas (prácticamente con 15 días de diferencia) no han sido serias y gracias a que sus defensas están bien, de la última salió él sólo, sin necesidad de antibiótico. 
Así que esto va pa'arriba. El próximo 20 de diciembre le harán análisis de enfermedad mínima residual, el cual estoy segura saldrá negativo. Así que a seguir echando todo al asador, y a disfrutar de las próximas fiestas decembrinas.

viernes, 20 de julio de 2012

Crónica de un nacimiento anunciado.

Naciste una mañana de julio, hace 5 años, después de los reglamentarios nueve meses de espera y una barriga que era la esperanza convertida en bendición. Sentí tus moviemientos dentro de mí durante un tiempo, causando una infinidad de sentimientos en tu papá y en mi. Sin embargo, ninguno como el que sentí la primera vez que oí tu llanto, tan parecido al de otros niños pero tan diferente al mismo tiempo, porque era el tuyo, el de mi hijo. Es una especie de sensación surreal, mezcla de felicidad y temor, angustia y orgullo.
Siempre me quedará grabado ese día. La llegada al hospital fue sin contratiempos, después de una noche tranquila en la que para mi sorpresa pude conciliar el sueño, alimentado por la serenidad de quien sabe que todo lo que viene va a salir bien. Después de los trámites a realizar en el hospital y de saludar a los futuros abuelos y tíos, me ingresaron a la sala de preparación, dónde no te puedo describir exactamente que pasó ya que los nervios y la emoción a esas alturas empezaban a apoderarse de mí. Sin embargo, de las cosas que recuerdo es a una enfermera amable que me hacía conversación, una bata y un gorro ridiculamente incomodos, y un edema (prometo explicarte qué es eso) que, aunque no fue la peor de las experiencias, prefiero no describir. Ataviada tan elegantemente me condujeron al quirófano en donde una plancha fría me esperaba. Todo lo que sucedió después no fueron más que procedimientos de rutina antes de realizarse una operación, entre ellos el piquete de la anestesia a cargo de un doctor muy amigable que todo el tiempo no paró de llamarme “chaparra” -¿será que me había visto en pie? No lo sé, pero sin duda, el apodo me quedó de maravilla y de algún modo me hizo sentir más cómoda. Muchos minutos (o al menos a mi me parecieron) pasaron en lo que pudieron dejar a papá reunirse conmigo. Y ahí estábamos, los dos agarrados de una mano y con el corazón en la otra, esperándo, oyendo, adivinando. Cuando de pronto una voz, que no estoy segura de quien fue, anunció que el bebé había nacido y que  estaba perfectamente sano y que además, por si esto no era suficiente, era el más bonito que había visto. Las lágrimas fue lo siguiente que recuerdo, las mías y las de papá, que entre sollozos me dijo “Nació Borja”. El primero en cargarte fue él, y supongo que la emoción que sintió ha de haber sido indescriptible, ya se lo preguntarás tu mismo. Al igual que a los abuelos y los tíos, que impacientes, esperaban como perritos en una tienda de mascotas  atrás de un cristal, por el que te vieron por primera vez, haciendo del momento una mezcla de risas, llantos, abrazos y felicitaciones. Lo siguiente era el momento que más había esperado en mi vida, por fin habías nacido, por fin estabas con nosotros y moría de ganas de cargarte y darte un primer beso, de conocer a aquella personita que me había estado pateando y empujando durante los últimos meses y que me había imaginado de mil formas, y por la que sin conocerla aún de frente ya daba mi vida entera. Ese momento no tardó en llegar mientras seguías en manos de los doctores, y te di ese primer beso,  que siempre recordaré como el beso que he dado a la piel más suave que jamás imaginé, tan suave, que pensé que te podía raspar con mis labios...al fin, había llegado, el primero de muchísimos besos que te daría.
Y así fue como naciste una mañana de julio,  después de los reglamentarios nueve meses de espera y una barriga que era una bendición convertida en realidad.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS BOLLO!

lunes, 11 de junio de 2012

A una dama

El sábado fue mi cumpleaños.
El sábado fue un día difícil para Borja.
El sábado fue un día especial.
El sábado redescubrí el valor de la amistad.
El sábado confirmé cuanto amor le tiene Borja a Almudena.
El sábado me sentí feliz...porque este año tuve el mejor regalo y no fue ni una flor, ni un hermoso amanecer, ni una tarde en los jardines del Edén...simplemente en un Krispie Kreme, viendo a Borja y Almudena bailar y reir mientras saboreaban una dona glaseada original.







sábado, 28 de abril de 2012

Poco a poco.

Y cumplimos un año de tratamiento. Finalmente las quimios se espaciarán. Iremos a consulta en vez de cada cuatro semanas cada seis, lo que le dará más tiempo a Borja de recuperarse y agarrar más fuerzas para el siguiente round. Poco a poco nos vamos acercando a la meta, poco a poco nuestras eperanzas se van viendo convertidas en realidad, poco a poco nos sentimos más relajados y habituados a esta nuevo estilo de vida, poco a poco regresamos a ser las personas que eramos, poco a poco podemos empezar a poner reglas y rutinas en nuestra vida que se ha visto tan sacudida. Y aunque nos falte la mitad de tiempo, es como el vaso, habrá quien lo ve medio vacío...yo lo quiero ver medio lleno. Hemos tenido días buenos y malos, altas y bajas, pero en general puedo decir que la hemos llevado bien. Gracias a todos los que han estado con nosotros en pensamiento y oración en estos 12 meses de lucha y gracias adelantadas a los que estarán en los próximos 12.

martes, 6 de marzo de 2012

He aprendido.

Esta enfermedad definitivamente me ha cambiado, aunque tal vez de un modo no tan evidente. Lo que es cierto es que he aprendido muchas cosas.

He aprendido a vivir con un niño en tratamiento contra la leucemia, 

He aprendido a lidiar con los efectos de la quimioterapia: náuseas, vómitos, cansancio, malos humores.
He aprendido a desafiar a las plaquetas  y a los necios leucocitos que se quieren quedar abajo;

He aprendido que las cosas pasan; buenas y malas, y que uno nunca tiene la seguridad de que pasen o no.;
He aprendido que no se puede juzgar, porque las experiencias que cada quien vive son propias de cada individuo y nos marcan de una forma u otra;
He aprendido del valor de una copa de vino con amigos y una buena platica, después de una sesión de quimioterapia;
He aprendido que soy más fuerte de lo que creí, tal vez no por elección si no porque no me queda de otra;
He aprendido que hay gente que nunca dejará de expresarte su admiración y amistad, aunque no los veas tan seguido;
He aprendido que la inocenica de un niño todo olvida, todo mejora, y todo perdona;
He aprendido que el amor de pareja puede crecer más y más, aún en situaciones difíciles;
He aprendido que la lealtad y la fraternidad son los tesoros más grandes con los que se puede contar;
He aprendido que hay gente, que a pesar de situaciones adversas nunca se dan por vencidas,
He aprendido que el amor incondicional que puede tener un abuelo a su nieto es suficiente para aliviar cualquier sufrimiento;
He aprendido que el valor de la amistad puede empezar desde los cuatro años, cuando un compañero del kinder se acuerda de tu hijo todos los días aunque no lo vea...y le hable por teléfono porque lo extraña;
He aprendido que la fe es un instrumento del cual me quiero valer de ahora en adelante;
He aprendido que un "Buenos días" acompañado de una sonrisa a las 6 30 de la mañana no me es nada molesta cuando viene de un niño que no siente ninguna molestia física;
He aprendido que un abrazo fraternal entre hermanos, tiene más significado para mi de lo que nunca pensé.
He aprendido a valorar el momento en el que antes de dormir voy al cuarto de los niños y los veo debajo de las sábanas, plácidamente dormidos, abrazados a un perro llamado Galleta y a un Mario Bros...
Y he aprendido que son esos precisos momentos los que me hacen sonreír y me mueven para seguir en esta lucha y entonces agradezco que aunque hemos vivido una situación difícil, estamos saliendo adelante, y puedo ver a Borja en su cama y no en una cama de hospital.

miércoles, 29 de febrero de 2012

El lado positivo.

Borja no ha ido al colegio desde noviembre. Rodrigo y yo preferimos que se quedara en casa en lo que la temporada de frío pasaba. Esto no evitó que la semana pasada estuviéramos encerrados 4 días en casa por influenza. Afortunadamente sus defensas estaban bien, así que solo bastó el Tamiflú para que el primer día la temperatura cediera y no hubiera complicaciones.
Sin embargo, sigue siendo duro. Prácticamente a Borja lo hemos tenido "encerrado" evitando el contacto con gente enferma y aún así pescó el virus. Definitivamente esta enfermedad cambia los ánimos incluso de las personas más positivias y relajadas. Aunque es un hecho que dentro de la adversidad, siempre hay que buscar el lado positivo, y alguna enseñanza quedará después de lo vivido.

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Qué te impide conocerme?

Hoy transcribo el Manifiesto para el Día Internacional de Niños con Cáncer elaborado por la Federación  de Padres de Niños con Cáncer. 
A todos ellos que como Borja están en la lucha, sólo quiero decirles que lo conseguiremos, mucho ánimo y mis oraciones para todos ellos.


"Soy un niño, juego, río, lloro, salto, corro, estudio, hago deporte, soy obediente (a veces), me encanta escuchar a mis abuelos, estar con mis amigos, ir de vacaciones, la “Play”, las pelis de dibujos. No me gusta estar enfermo, triste, sentirme mal, ver a mis Papis preocupados. Como todos los niños. ¡Ah! se me olvidaba, tuve Cáncer. ¿Qué te impide conocerme?

Soy un adolescente, dicen que algo rebelde, con ganas de cambiar el mundo, aunque a veces no tengo claro lo que quiero. Enamoradizo, muy enamoradizo, amigo de mis amigos, a menudo lo que me gusta a mi no les parece del todo bien a mis padres. Tuve un adversario que quería romperme por dentro, pero aprendí a quererme más y hesalido a flote para llegar lejos. ¡Ah! tuve Cáncer. ¿Qué te impide conocerme?

Soy joven, formada, con ganas de trabajar, viajar, conocer gente y culturas nuevas, responsable con la sociedad y con muchas ganas de vivir y divertirme. Me dí cuenta que a imposible le sobran dos letras y aunque a veces no tenía fuerzas para llorar y tirar de mí me dije: Si no hay viento habrá que remar. Tuve Cáncer. ¿Qué te impide conocerme?

No hay ninguna diferencia entre tú y yo. Lo único que sí es diferente es que yo pasé una enfermedad que durante un tiempo paró parte de mi vida e hizo que todo pareciese de otra manera. Tuve que aprender a vivir con el dolor, el malestar, el aislamiento obligatorio y a veces la soledad porque a la fuerza aprendí que algunos se alejaban al saber que estaba enfermo. Pero nunca dejé de sonreír, nunca deje de ser igual que los demás y hoy estoy aquí para decirle a todo el mundo que en esta vida nadie es diferente, aunque pueda parecerlo, que todos tenemos las mismas ganas de vivir y luchar para conseguir ser felices.

No nos dejéis solos. Necesitamos vuestro apoyo, necesitamos saber que estáis ahí. Nosotros os enseñamos y vosotros nos enseñáis. ¿Qué os parece? Tenemos mucho que ofrecer. Creemos que es un buen trato. ¿Estáis dispuestos a cumplirlo? No sabemos cuántos somos, pero si podemos asegurar que somos más de tres, por eso te preguntamos: ¿Qué te impide conocernos?"



lunes, 6 de febrero de 2012

Juntos es posible.

Siempre he creído que las cosas se van acomodando, y que de algún modo los eventos en nuestra vida tienen relación unos con otros, que se han ido creando para un fin. Para mí, la leucemia de Borja no es una casualidad sino una "causalidad". Este fin de semana me convencí aún más de eso. Ayer sábado fue el día mundial de la lucha contra el cáncer. Desde luego planeé escribir una entrada para ser parte de la campaña que promueve la OMS este año: "Juntos es posible". Pero, no supe por donde empezar, y lo único que conseguí fue hacer una especie de artículo de periódico; un poco lo que buscaba, sí, porque al final, lo que pretendía también era informar; pero no quedé satisfecha. Leyendo las notas del día me sentí condenada: "En el día mundial de la lucha contra el cáncer, la OMS advierte que 7.5 millones de personas mueren al año a causa de este padecimiento, y se estima que para el año 2030, esta cifra aumente a 11.5 millones". Esta noticia tocó los hilos más profundos de mis miedos. El cáncer ha rondado a mi familia desde hace mucho tiempo. Aunque, debo confesar, en ninguno de mis más terribles pensamientos estaba que a alguno de mis hijos les puediera pasar. Al seguir leyendo descubrí una cifra más...pero era esperanzadora, una cifra que en los titulares alarmistas no aparecía: "El 40% de los cánceres se pueden prevenir si se lleva un estilo de vida sano y se toman las medidas de prevención correspondientes".  

Y entonces es cuando llega la casualidad...perdón "causalidad". La hermana de mi cuñado, está librando su propia batalla, y nos mandó un regalo por demás oportuno: El libro titulado Anticáncer, del médico francés David Servan-Schreiber. Inmediatamente la impaciencia por hojear aquél libro se apoderó de mí, y  descubrí que con este libro puedo tener respuesta a muchas de mis inquietudes. La frase inicial es impactante: "Todos tenemos un cáncer que duerme al interior de nosotros (...) sin embargo, nuestro cuerpo también está equipado con múltiples mecanismos que permiten detectarlo y controlarlo". La cifra esperanzadora de la OMS puede volverse la realidad que acapare los titulares de los periódicos. Hay un cáncer latente en nosotros y es hora de que le hagamos frente; de que trabajemos juntos, ciudadanos, gobiernos y organizaciones para participar y estar enterados de avances médicos, tratamientos, y sobre todo medidas de prevención contra esta enfermedad. No le tengamos miedo a la palabra "cáncer"; hagamos conciencia de que está más cerca de nosotros y de nuestros hijos de lo que nunca imaginamos; no sólo lo veamos como un proceso que implica dolor o sufrimiento; dejemos atrás mitos y creencias, ignorancia y falta de comunicación; no sólo lo asociemos a una persona que está pelona y demacrada, sino tambien a fortaleza y ejemplo; no le demos la espalda a todos aquellos que necesitan ayuda en esta lucha...porque esta lucha también es nuestra...Juntos es posible.

Gracias al regalo de Fina y a este fin de semana de lucha mundial contra el cáncer, siento que la "causalidad" empieza a ser más evidente y tal vez al final de este trayecto pueda descubrir exactamente qué es. 


http://www.who.int/es/index.html



http://www.cancer.gov/espanol


viernes, 20 de enero de 2012

Fingí.


Ya lo había decidido. Le di muchas vueltas en la cabeza pero era mejor así. No tenía caso seguirme engañando. Esta era la realidad y si esa tenía que ser su imagen, tenía que aceptarlo. Así que abrí las puertas del mueble y saqué el artefacto. Lo conecté, empezó a hacer aquel ruido familiar que tantas veces oi mientras Borja se distraía con el agua, sin darse cuenta de lo que le hacía. Aunque esta vez, el sonido era un poco más vacío, un poco más terrorífico, un poco más indeseable. Cuando terminé, Borja se vio al espejo. No le gustaba que le hiciera peinados extraños; ni siquiera que le parara un poco el pelo para ver como se veia, así que mi temor era que me reclamara su nuevo “look”. Pero no fue así. Lo único que alcanzó a decir mientras sonreía fue: “Me parezco a Marianito”, se dio la media vuelta, y se fue a jugar. No fue un gran evento para él,  y como todo en esta enfermedad, nos fue mucho más difícil a todos los demás. Desde que recibió su primera dosis de quimioterapia sabía que se le caería el pelo. Y pasó. No lo perdió completamente, pero sí lo suficiente para que decidiera, después de pensarlo mucho, que lo mejor era no tapar el sol con un dedo, no engañarme, y aceptar que a Borja se le había caído casi todo a consecuencia del tratamiento contra la leucemia. Entonces lo rapé a coco, como cuando tenía 10 meses. Sólo que esta vez, con cada pasada del rastrillo, sentía una punzada extraña en el corazón.

Estuvo pelón un tiempo y yo fingí. Fingí que no me importaba.  Fingí que no me daba cuenta cuando la gente lo veía de reojo, algunos con cara de indiferencia, y otros de lástima. Fingí no oír cuando un niño dijo “mira mamá, ese niño esta pelón”. Fingí que cada vez que le pasaba la mano era para hacerle una caricia y no para ver si había rastro de algún pelito que hiciera que su apariencia volviera a la normalidad y no me recordara todos los días, por lo que mi niño estaba pasando.

Una vez más ya lo había decidido. Le di muchas vueltas en la cabeza pero era mejor así. Abrí las puertas del mueble y saqué el artefacto. Lo conecté, empezó a hacer una vez más aquél ruido familiar. Aunque esta vez, el sonido era un poco más indiferente, un poco más tranquilizador, un poco más alentador. Cuando terminé vi que no hubo mucho cambio, lo único que buscaba era emparejarlo. No quería estropear esa imagen tan anhelada. No quería pasarme y dejarlo más pelón de lo que debía. Así fue que decidí llevarlo, después de casi un año, a aquel lugar en el que nunca me imaginé sentirme tan feliz...la peluquería. 



domingo, 8 de enero de 2012

Un regalo especial.

Nunca se me va a olvidar. Las sábanas estaban muy frías. No quería mover ni un milímetro de mi cuerpo para no sentir el frío matinal de enero. Apenas empezaba a salir el sol, y ya no podía esperar más para salir de la habitación. Todos dormían aún. Mejor era esperar un poco, no quería ir sola, no fuera a encontrarme con ellos. Aunque me encantaba que vinieran, no creo que hubiera sido una grata sorpresa. Después de un rato, Fernanda se despertó y decidimos bajar las escaleras, no sin antes asomarnos desde el balcón donde se veía la sala, para tratar de adivinar que había debajo del árbol, presas de una mezcla de emoción y nerviosismo, que nos hacía tiritar, sumándose a la causa el frío que se siente cuando se sale de la cama después de estar muy bien acurrucado. Y entonces ahí estaban, como cada año, los paquetes debajo del zapato, las roscas mordidas, los vasos de leche a la mitad acomodados en tres estratégicos lugares de la sala. Y afuera, las travesuras del caballo, el camello y el elefante, donde habían regado encima del coche de papá toda la comida y agua que cuidadosamente les habíamos dejado la noche anterior. Lo contemplábamos divertidas cuando se nos unió Enrique. No lo podíamos creer, ¡que desastre! Ya lo limpiaría mamá cuando se despertara. Corrimos hacia el árbol y empezamos a abrir los regalos. Una Barbie, un Pony, un Osito Cariñosito, un cassette de Michael Jackson, una coneja de peluche, una mesa de Pin-Pon, no recuerdo bien, pero alguno de todos estos regalos recibí esa mañana. Inmediatamente subimos corriendo a despertar a nuestros padres para enseñarles los magníficos regalos que habíamos recibido y disfrutarlos juntos.

Este año la noche de Reyes regresamos de la clínica. La anlítica de Borja salió estupenda. De las mejores que hemos tenido en el transcurso del tratamiento. Por lo que recibió su dosis de metrotexato, para luego, en casa, partir una rosca, mandar el globo con la carta y disfrutar un rico chocolate caliente en compañía de los abus. A la mañana siguiente, muy muy temprano oi su voz. Después de una noche de sueño intranquilo, de estar dando vueltas antes de ir a la cama, de dos paseos nocturnos, una ida al baño, y un “mamá ¿ya estarán los regalos?” a las tres de la mañana, había amanecido, y Borja no podía esperar más para ver que le habían traido los reyes magos.  Y cuando bajó lo vio ahí: un paquete cuadrado envuelto en un reluciente papel de colores debajo de su zapato. Su cara se iluminó con una sonrisa y sus ojos brillaron, como cuando tiene una idea, según dice él. El juego de Monos al Estanque, justo lo que quería y que había pedido en esa carta que mandamos en globo.

Este año, después de mucho tiempo, yo también mandé mi carta con mi petición...sé que no puede ser cumplida de inmediato, pero espero que como cuando era niña, los reyes me traigan ese tan ansiado regalo especial.

lunes, 2 de enero de 2012

Imágenes.

Y bueno, las vacaciones han terminado. Regresamos a nuestra rutina con un muy buen sabor de boca y sobre todo con muchas energías para comenzar este 2012. Este fin de año nos recargamos de energía y de pensamientos positivos.

Tuvimos unas vacaciones inolvidables, donde no faltó la magia...





La ternura...




La ilusión...




El amor...




El cansancio...




La energía...




Mucha energía...





El miedo...




Atardeceres únicos...





Y sobre todo muchas, muchas sonrisas y felicidad...